Asi, por encima, desde mi primer encuentro con esta enfermedad allá por los cinco años, digamos que ha sido la única constante que nunca ha varido en la vida.
La veo como las células canerígenas son para el cuerpo, la pensamientos adictivos lo son para la mente. Una vez que uno desarrolla una mente adictiva, muere con ella, y muchas veces de ella, pues el único fin de la mente adictiva es la destrucción del sujeto. Los objetos de la adicción son ....infinitos, todo es susceptible de convertirser en adictivo, lo verdaderamente determinante para el desarrollo de la enfermedad es el sujeto.
la mente adictiva, es la de la insatisfacción crónica, la de falta de madurez para asumir la vida sin una anestesia que le ahuyente el dolor.
De lo que sea, nunca habrá suficiente, heroina, cocaina, dinero, sexo, amor, tabaco, alcohol, comida, delgadez.....las posibilidades son infinitas en nuestra sociedad , que está precisamente basada en crear individuos adictos, insatisfechos crónicos e inmaduros emocionales....... que se destruiran a si mismos.
¿Se puede uno curar de la adicción?, mi experiencia, de observarla , es que no. Se puede detener, pero no curar. La podemos detener con un cambio tan profundo que sólo estaremos dispuesto a hacerlo al borde de la muerte, y no siempre, pues es más fácil morir que llevar a cabo esa labor.....
No sé ...yo sólo soy adicta al chocolate (puro, sin leche) y debe de haber alguna metadona para quitarse
ResponderEliminar...quizá los Ferrero.
pa mi que no, que los ferrero, crean la misma insatisfacción, y necesitas cada vez más ferreros....... prueba con las manzanas, son más seguras.........
ResponderEliminarLas adicciones no se vencen, se sustituyen. Haz el experimento, vuélvete adicta a otra cosa. Al final, la vida no es para tomársela a dieta sino para atragantarse todo lo que uno pueda.
ResponderEliminarEdmundo Dantes
eso es absolutamente cierto, las adicciones no se vencen, se sustituyen, que me recomiendas,
ResponderEliminarQue pruebes a dejarte querer, haz las paces contigo misma, deja que te abracen y te muerdan la nuca, despacio, que te arrullen y te hablen bajito mientras te montan, que te den dulzura a raudales, que te restrieguen mandarinas por los pezones, que te regalen flores y libros y poemas y que te cuenten historias antes de dormir. Prueba a dejar de resistirte, olvidarte de tu ex, aficiónate al café después del almuerzo, a la generosidad de los extraños (Blanche...), a las islas desiertas, la nieve recién caida... Prueba a dejar que alguien cocine para tí (sic), que se tire horas preparando un estofado, una caldereta de pescado o una tartaleta de marisco. Aprende a comer despacito primero, removiendo la comida en la boca, con la punta de la lengua, y luego déjate limpiar el alma a base de sol, de hacer el amor en lugar de tantas zarandajas de polvos y gaitas.
ResponderEliminarVuélvete adicta a la belleza emocional, gataza, vas por buen camino con Mozart, sigue con Vermeer, con Klee, con Avedon, con Pollock. Desnúdate el alma para alguien, deja que de rocen la piel (o el pelaje...)
Edmundo Dantes