domingo, 20 de noviembre de 2011

lumbalgía , sexo, y curiosidades..

Resulta que en un binomio determinado, una es la reportera dicharachera, y cambiando del mismo,  se convierte en la novia cadáver, (algo así le debió pasar a Hamlet, cuando dijo lo de ser ..... o no ser)..... yo ahora soy , por el binomio en el que ando metida la novia cadáver.... por el momento,  que me dure y es que no en demasiadas ocasiones ha podido una ser ella misma, en tan pocas, que a sus 40tantos lo está consiguiendo por primera vez, y sin dejar de mencionar la paciencia, el amor, y el buen hacer de la otra parte del binomio, que   vive mis silencios, mis introspecciones, mis desorientaciones, con la fuerza del faro de fisterra. Hasta ahora, poco habían sabido de mi y menos por mi boca, que la uso más para mamadas que para largas conversaciones, lo mio es más escribir cartas, en blogs, cuardenos, o espejos de baño, sin olvidar los sms.... por eso no deja de sorprenderme el tiempo que anduve con la máscara de ser yo la extrovertida, y sin embargo de mi nada supieron...tampoco merece la pena abrirse al primero que llega, quizá la realidad de un@ mism@, sea, y es, más valiosa que la  virginidad, y esa manera peculiar de como aprendiste a percibir el mundo, a interpretarlo, a vivirlo, sólo haya que entregárselo, como un tesoro , a una persona especial que tenga la llave mágica para abrir tus emociones. Si las máscaras se usan en la vida, tanto más si cabe en el sexo, y aunque complicidades las hubo más o menos, y con los años todo fue mejorando desde aquellos polvos de los quince, donde , yo al menos, sólo conseguí compartir mi cuerpo, y .no muy diestramente, cuanto más niveles de fusión haya con alguien , más intenso se vuelve todo, y el cuerpo sigue vibrando, horas, y días después de la despedida, vibra el cuerpo porque se mueve el alma...
Es... una aventura encontrar a alguien que se convierte en un espejo que te muestra tanto y tanto y tanto que llevabas años queriendo olvidar, enmascarar, hacer desaparecer, pero ahí seguía , esperando  el combate, el enfrentamiento, ese donde matar o morir, esa batalla con uno mismo, donde o te hundes o renaces.
Entonces tampoco me sorprende que apenas recuerde los nombres de aquellos que pasaron por mi vida, ni con años de relación quedó de ellos nada en mi, sería porque yo verdaderamente ni estaba .