miércoles, 26 de noviembre de 2014

sintonías para resucitar...



Pensé durante algún tiempo que recorría un camino que me conducía a un lugar

... pero no sé dónde estoy...

Hay
quien no lo soporta... pero yo no consigo superar el sentimiento
trágico del que hablaba Don Unamuno....  no puedo relajarme en la
insoportable levedad del ser y me busco pesos que me hundan... Las
muertes siempre anunciadas, las maquillamos de vida...

busco sintonias que me hagan camuflar la desorientación...

me siento, los senderos son ilusorios...

senderos de sexo, senderos de amor, senderos de dinero, senderos de aprobación.... senderos de vacio.

me dejaré barba blanca como la de Don Unamuno, para esconderme tras ella.

viernes, 28 de marzo de 2014

La experiencia más aleccionadora ...


Ha muerto...
Estaba a excasos 200 metros de su habitación , y oir esa frase no fue recibir una información, sino provocar una reacción de combate, salí impetuosa, soberbia, decidida, recorrí esos metros con el arrojo de un soldado que va a la batalla donde ha de salvar a sus hijos, iba a poner orden. Cruzé la puerta, del hall, mi paso cada vez era más potente, no había vacilación, ni duda, no pensaba dar tregua, al estar frente a la puerta de la habitación la abrí con una determinación feroz, yo había llegado, PARA VENCER, levanta!!!!!!  venían personas conmigo, no les tenía en cuenta , bajé el picaporte con fuerza, con rabía y entré ... di dos pasos... grité ... y me di media vuelta vencida sosteniéndome en la pared, sin querer mirar.
Era rotundo, implacable, inamovible... estaba tumbada, en realidad no estaba, un pañuelo le rodeaba la cara....
La muerte me saludaba por primera vez,  era agradable, sin estridencias, pacífica, respetuosa... acaso más que la vida... se presentaba sin arrogancia, me tendía la mano, amigablmente...
de ella guardo un buen recuerdo, fue una visita grata, la primera, pero no la última, recordarla es lo que más me tranquiliza en esta vida, finalmente pase lo que pasé allí estará ella para por fin serenarme.
Luego a veces tambien recuerdo todos los sufrimientos de su vida de 93 años, todas sus tensiones, miedos, que futiles todos a la vista de aquella realidad, lo único que ha quedado de esos años es mi amor por ella.
Perpleja por aquel encuentro no supe como afrontarlo, ahora hecho de menos a ver permanecido más tiempo viviendo aquella muerte, constantándola, palpándola, sintiéndola... otra vez será...
hasta hoy no he sacado a mi consciencia aquel impulso de luchar contra lo invencible y ya va para 4 años.