........lo primero que yo quise ser en la vida fue ......astronauta........ salir del planeta me parecía una prioridad urgente, y eso que aún no sabía...... y así se lo hice saber a la psicóloga del cole, en la entrivista que nos hacían en primero, en la de quinto, se lo repetí, (aún tenía vestigios de esperanza) y en la de octavo, ella misma me dijo, ....astronauta ya sabes que no..........si, ya lo sabía, le dije que estaba pensando en sociología, ya que la esperanza de salir había desaparecido totalmente , ahora tenía la de poder comprender, que también ha desaparecido a la sazón, .Soñé , despierta, que unos extraterrestres se fijaran en mi, y me sacaran de aquel colegio interna en el que estaba, me pasaba la vida mirando al cielo............pero no hubo suerte...
....lo que más echo de menos de la gataniña, es la capacidad que tenía para pasarse cinco horas entre cuatro árboles, ella sola, y que esos árboles se convertían en una nave espacial que verdaderamente la sacaban del planeta..¡que cabeza aquella!!!
otro lugar al que solía ir para salir del planeta era la biblioteca del colegio, donde tambien me pasaba las horas y eran los libros los que me rescataban, recuerdo con cariño de aquella época dos escritores, Baroja, y Carmen Laforet, y no he dejado de preguntarme que entendería yo de aquellos libros a aquella edad......
leyendo, leyendo....... nunca quise ser escritora, ser astronauta lo veía posible, pero ser escritora, tras haber leído, me parecía imposible para mi capacidad, ni siquiera lo soñe............
Años más tarde , cuando ya nunca miraba al cielo, la lectura quedo relegada a "mañana" y cuando por fin cogía un libro, no era capaz, ninguno me atrapaba.......desistí.........
Ahora, por fin , desde hace unos meses he vuelto a leer, y hete aquí, que me encuentro, pudiendo leer a Saramago, que hasta ahora, sólo lo había intentado con "El ensayo sobre la ceguera" y no fuí capaz de pasar la décima página, de lo cual me alegro, pues luego vi la película, y sé que si hubiera leído el libro, no habría antidepresivos en el mundo que pudieran sacarme de la desolación....
Yo suelo subrayar los libros, por lo que dicen , o por cómo lo dicen, pero en "Las intermitencias de la muerte" lo tendría que subrayar enterito de cabo a rabo,......
y os dejo el inicio del libro por si no lo habeís leído, y os engancha como a mi.....
Al día siguiente no murió nadie. El hecho por absolutamente contrario a las normas de la vida, causó en los espíritus una perturbación enorme, efecto a todas luces justificado, basta recordar que no existe noticia en los cuarenta volúmenes de la historia universal , ni siquiera un caso para muestra, de que alguan vez haya ocurrido un fenómeno semejante, que pasara un día completo, conn todas sus pródigas veinticuatro horas, contadas entre diurnas y nocturnas, matunitans y vespertinas, sin que se produjera un fallecimiento por enfermedad , una caída mortal, un suicidio conducido hasta el final, nada de nada, como la palabra nada.
Saramago.
y a partir de aquí nos muestra la naturaleza humana, con humor, sarcasmo, ironía, y sobre todo un lenguaje fantástico, en el que través del absoluto absurdo vemos la "purita" realidad.
Es que Saramago es uno de esos pocos premios Nobel que están para quedarse.
ResponderEliminarLeete Kundera.. escuchando a Mozart y con whisky de malta con un poco de hielo, en tragos cortos.
ResponderEliminarEn concreto "El libro de la risa y el olvido" y luego "La insoportable levedad del ser".
O mejor a la inversa, creceras más aunque no lo leeras en el orden cronológico que se escribieron.
El segundo se lee más rapido.
Besos.
Tu P.
La insoportable levedad del ser lo leí hace tiempo, es un ligro genial, que tengo muy subrayado, la semana pasada acabé El libro de los amores ridículos , Kundera me encanta, me está esperando La lentitud, ......el whisky no me gusta.....un defecto que tengo....
ResponderEliminargatuna
Joder gatuna, se me ha olvidado el comentario que iba a hacer cuando he visto que no te gusta el whisky. Al menos el ron si, ¿verdad?
ResponderEliminarY esto... que me encanta Saramago, y que si un día te ves con tiempo y ganas prueba a meterte de nuevo entre cuatro árboles y verás como se convierten en una nave "especial". Imaginación no te falta pero a veces la desarrollamos poco. Preferimos que nos lo den todo hecho y cuando somos nosotros quienes nos lo curramos se disfruta más.
Otra cosa... para salir del planeta no es necesario ser astronauta. Yo lo hago constantemente. Claro que así me va.
Debió de ser un tipo inteligente el que te recomendó Kundera.
ResponderEliminarinteligente no sé, pero un listo , seguro....
ResponderEliminargatuna
a mi me apasionan los libros, de todo tipo... es cierto que esto de internet me ha quitado mucho tiempo para leer pero aún así sigo leyendo, robándole tiempo al sueño, un hueco en el trabajo, cuando voy al médico.... es la mejor manera de evadirse de esta mierda de existencia.... ah, a mi tampoco me gusta el whisky, a mi me bastan 4 cervezas... besitos gata
ResponderEliminarYO queria ser abogado y me gusta muchisimo la poesia del maestro Neruda, no se escribir un verso y me dedico a la venta... soy comercial (de los buenos).
ResponderEliminar¿He fracasado?
RONRONEOS.
yo también quería ser abogado, pero lo descubrí tarde...... fracasar??? pues supongo que por ese motivo no, si lo has hecho será por otros....... pero me gusta un dicho
ResponderEliminarel éxito en la vida, es morir , dónde quieres, y rodeado de los que quieres.
gatuna
Saramago no es que me guste especialmente, pero me cae bien. Es que recuerdo cuando leí «Caín», que el cabrón no puntúa y tienes que hacer un ejercicio de adivinación. Pero es genial, sí. De todas formas, la literatura está en tu cabeza. Si tú y yo leemos el mismo libro, cada uno lee algo distinto en su mente. Imagina distintos paisajes, distintas poses.
ResponderEliminarP.D. Jamás hubiera imaginado que fueras jefa de algo que no fuera de tí misma, jaja.
¿Alguien dijo Neruda?
ResponderEliminar"Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.
A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.
Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos."
La última frase es simplemente perfecta...
Joe Bradley