Apoya las manos en su cara, y a pesar de la ducha , huelen a él. El olor trae el recuerdo de la ternura y también de la pasión. El recuerdo le constata que anida en una concha cerrada, que hábilmente, él ha sabido entreabrir.
Con él, llegó a un territorio brumoso, rodeada de niebla, sintió su mano, y se dejó llevar sin saber dónde iba.
También sintió, por primera vez, que aún no era libre, que sólo iba porque él la llevaba, que sola , no hubiera dado un solo paso. Fue él quien la condujo, pero la niebla no les rodeaba, sino que la llevaba ella dentro.
Su mirada era el único punto de luz que podía ver.
Mañanitas de niebla, tardes de paseo. La bruma desaparece pronto gata y después deja días muy claros. Aprovéchalos.
ResponderEliminarinfinitas gracias por regalarnos tanta sensibilidad y belleza en letras dulce poeta, un besin de esta amiga admiradora.
ResponderEliminargracias a ti ozna por tus palabras.
ResponderEliminarbubo, llevas toda la razón , como casi siempre
hay que saber caminar en todos los terrenos, solo así nos hacemos fuertes....
ResponderEliminarcomo estás gata?? hace mucho que no se de tí, tenemos ponernos al día.... besos
Muy inspirado, sí señor. Con una belleza expresiva que deberías prodigar más. Todo es ponerse.
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