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Algo debe querer decir que cuánto menos escribo más seguidores tengo................


Ayer en la peluquería pusieron la tele...... un infórmativo.  De repente me llega un aluvión de información que si la dejé de ver porque me causaba angustía, ahora me llega como un soniquete , insistente y molesto, que no llego procesar, como cuando tus hijos están diciendo todos tonterias al mismo tiempo y   además, gritándolas,  llega un momento que los ves mover los labios pero has conseguido no oirlos, pues con esto he conseguido que me pase igual. Por lo visto uno se dedica a matar ancianas, otro desvela información secreta, no se quien ha ganado unas elecciones, otros opinan, la deuda nos la va  a pagar europa, en vez de los mercados......... cuando el murmullo empieza a calarme un poco, salgo otra vez despavorida , como si de la plaza mayor en navidad se tratara.

No sé hacia donde estoy evolucionando, no sé si es indiferencia , apatia, desarrollo espiritual, sólo sé que me digo..................... pero esta gente no se cansa???

La yaya se enfrenta a la muerte, a SU MUERTE........ supongo que debe estar muy asustada, tener mucho miedo. Ni de lejos ha llegado a eso que muy pocos consiguen llegar de reconciliarse con la vida, el que se ha pasado la vida peleando, y perdiendo, cuando le llega la muerte, se dispone también a pelear y perder.
La pelea, cansa, agota, y pone mal caracter, y sirve de poco, o de nada,  pero ya es tarde para que la yaya lo aprenda, quizá necesite otra vida para poder hacerlo.
18 añitos tenía la  mujer cuando empezó la guerra, nunca pisó un colegio, a los seis años su madre la tenía limpiando y vendiendo lechugas, esa vida que aquí conocemos de oidas de los telediarios, ........ y de los abuelos,  es una superviviente nata. Siempre tuvo una fuerza increible, antes no había servicios sociales, sólo la ley natural, los fuertes sobreviven, los débiles perecen,  pero la fuerza además hay que saber encauzarla. Me consta que está bastante sola, fue haciendose enemigos a lo largo de muchos años, o más bien se enemistó con aquellos que pasaron por su vida, pero fue lo que pudo hacer, lo mejor que supo, cómo nos pasa a todos. He llegado al convecimiento que por muy mal que hagamos las cosas, las hemos hecho lo mejor que sabiamos, y podiamos, yo y todos los demás, este convencimiento me da mucha paz, y tranquilidad, y sobre todo me reconcilia con la humanidad, y conmigo misma.

Bubo luego no me digas que no te he dicho el frio de narices que hace por aquí....me cuesta imaginar este frio en Córdoba.